Ya que he recibido algunas peticiones para hacer una entrada sobre como hacer que una relación sentimental sobreviva a un año auperiano, pues aquí está la susodicha…
Aunque, la verdad, no puedo decir una fórmula mágica para
que todo salga bien y la cosa funcione. Cada relación es un mundo, la cosa
depende de dos personas y no solo de una y además también son muy importantes
las circustancias y lo que va sucediendo en la vida de ambas personas durante
ese año. Lo único que me atrevo a deciros son las tres cosas que creo que
fueron importantes en mi situación concreta y porque la cosa funcionó:
1.
La bendita paciencia de mi chico. Esto es
primordial, que la otra persona esté dispuesta a apoyaros en esta decisión y
este apoyo no sea solo de boquilla, sino
un apoyo real, que sepa que va a ser una temporada dura y esté dispuesto
a aguantarla. En mi caso, el pobre, además fue mi paño de lágrimas.
2.
La madurez de la relación. Nosotros llevábamos casi
siete años juntos, habíamos pasado ya por muchas cosas buenas y malas (entre
ellas una fuerte crisis que casi acaba con la relación cuando llevábamos dos
años), teníamos muy claro que la otra persona era con quien queríamos estar y estábamos
muy hechos el uno al otro. Incluso
habíamos convivido durante un año antes de que yo me fuera y nunca tuvimos
grandes problemas de convivencia.
3.
Comunicación.
Siempre hemos hablado mucho las cosas como pareja, lo que nos parecía
bien y mal del otro y de las cosas que nos iban pasando. Pero durante este año
esa comunicación fue muchísimo mayor, hablamos de cada momento de nuestra
relación, del pasado, del presente y de como queríamos que fuese el
futuro.
Entre otras cosas os diré que los dos coincidimos en que si yo me hubiese ido
como au pair al principio de nuestra relación, la cosa no hubiera funcionado.
Por supuesto es mi caso concreto, porque nuestra relación al principio era
mucho más frágil de lo que es ahora.
Y bueno, ya sabeis, lo mío tuvo un final feliz, ahora
estamos genial, como si no hubiéramos pasado un año separados, pero fue muy
duro, sobre todo los primeros meses había noches que me acostaba llorando y
pensando que lo único que quería era estar con el y aunque hablábamos prácticamente
todos los días por Skype, eso no era suficiente. Cuando fue a verme no podía evitar
tener todo el tiempo presente que solo serían unos días y me costó mucho sacar
fuerzas para la despedida. A veces soñaba que estaba otra vez en España, en
nuestra casa, haciendo las cosas que solíamos hacer, las cosas mas tontas:
sacar a las perras, ir a la compra, una pelea de cosquillas… y cuando me
despertaba y me daba cuenta de que solo había sido un sueño se me quedaba una
tristeza que me duraba casi todo el dia. Afortunadamente con el tiempo lo vas
llevando algo mejor y aunque lo que mas quieres en el mundo es volver a ver su
cara fuera de la pantalla del portátil, aprendes a sobrellevarlo y a disfrutar
los meses que te quedan allí, porque al fin y al cabo es una experiencia única
que solo vas a vivir una vez en la vida, una gran oportunidad que tiene
momentos increíbles y lo más importante: es solo un año.