NO ESTAMOS SOLOS...

Bueno, aunque estoy en un momento de estrés absoluto ya que solo me quedan dos semanas para terminar mi año y se me ha juntado el tema de las tasas (de las que sí quiero hablar en mi próxima entrada) el seguro médico, que aun tiene facturas pendientes desde que me puse enferma en septiembre (siiii, así es) y no paro de pelearme con gente por teléfono y que no se donde meter todas las cosas que tengo aquí para transportarlas a España, no voy a aburriros con todo eso y voy a hablar de algo mas entretenido.

Continuemos con las peculiaridades de mi HF!

Una de las cosas que mas me chocaron al instalarme con esta familia, incluso antes de ir conociendo las peculiaridades de mi HM, fue la cantidad de personas que entraban y salían de aquella casa (digo aquella, porque como sabeis me mudé en enero)

Ya de primeras estaba asumido que esa casa la ocupaban de lunes a viernes mis host parents, mis dos niñas, el perro y  la housekeeper. Luego, una semana si y una no la hija de 14 años de mi HD y esporádicamente la de 19 años.

Hasta ahí bien. Pero después, a las dos semanas de estar yo instalada, empezaron a pasar cosas…

Cosas como que una mañana estaba en mi habitación, cuando oigo pasos por la escalera y a la vez la voz de mi HM, alla a lo lejos, desde el primer piso. Como mi inglés era  básico (por meterlo en algún nivel), conseguí entender que lo que decía iba para mi porque dijo mi nombre y luego, pues entendí la palabra “windows” que ya es mucho teniendo en cuenta, como digo, mi nivel de inglés en aquel momento y que me lo estaba diciendo a dos pisos de distancia. Abrí la puerta de la habitación y me encontré a un hombre completamente equipado para limpiar ventanas. Así que bueno, deduje que era un señor que iba a limpiarme las ventanas, en aquel momento, estuviese haciendo lo que estuviese haciendo y estuviese mi habitación en el estado que estuviese. Efectivamente, me limpió las ventanas. Y durante un  par de días tuve que tener un cuidado enorme al cambiarme de ropa porque cuando menos lo esperaba aparecia la cabeza del señor en mi ventana, por la parte de fuera, y como lo de las cortinas no se estila mucho por aquí pues nada, nos hacíamos una especie de compañía extraña.

Otro día, ya un poco mas adelante,  bajo las escaleras para ir al baño y me encuentro allí otro señor. Mi HM no estaba. El señor me saluda, con toda naturalidad, y yo pues le saludo a el, no con tanta porque la verdad, llamadme rara pero  eso de que haya un desconocido en casa pues no se…  El señor se da la vuelta y empieza a atornillar la barandilla de la escalera. Viendo la situación, como que no me parecía que un ladrón,  violador o asesino fuese a estar preocupado en que la barandilla de la escalera estuviese bien atornillada, pero aun así si hubiese sido un ladrón, pues se hubiera despachado a gusto porque yo le saludé y me metí en el cuarto de baño. Luego hubiera sido algo asi como “pero¿conocías al ladron?” “Si, era un hombre muy normal y muy majo, saludaba por la escalera” jeje.

 Resultó ser el hombre de mantenimiento de las barandillas.

Porque mi HF  en la otra casa, tenía personas de mantenimiento para cada cosa de la casa.

En septiembre, cuando volvimos de la playa, la bombilla del baño de mis niñas estaba fundida y hubo que esperar a que viniese el señor que cambiaba las bombillas para tener luz allí. Juro que esto es verdad, me tire mes y medio bañando a mis niñas medio a oscuras o en el baño de mi Host Parents porque la bombilla estaba fundida. Cuando vino el hombre de las bombillas, además descubrí que las escaleras para bajar al sotano tenían luz! Gracias por iluminarnos, señor de las bombillas!

Para pintar las puertas también vinieron unos señores y bueno, pues un día vuelvo de las clases de inglés y me encuentro a un hombre en mi habitación pintando mi puerta. Que bien! Hola señor que no conozco de nada! Bienvenido a mi habitación! Voy a entrar dentro si no es mucha molestia.

Luego estaban los jardineros, que solían estar en el jardín, pero no siempre, a veces se paseaban por la casa, no se del todo muy bien para qué. Al principio chocaba. Luego, pues como unos mas de la familia.

La mujer que paseaba al perro venía cada día, mas o menos siempre a la misma hora. La conocí un día que estaba poniendo mi ropa en la lavadora y ella bajó al cuarto de la lavandería a por una toalla porque estaba lloviendo y  tenia que secar al perro. Me dijo “Hola! Soy Jane!” y yo la dije “Yo Silvia” nos dimos la mano y subió otra vez las escaleras. Y yo me quedé como “¿y quien es Jane?” Pero ella no se debió quedar con una sensación muy diferente, porque después se tiró semanas llamándome “Sophie” , hasta que un dia decidí decirla que Shopie es un nombre muy bonito, no digo que no, pero vamos que yo me llamo Silvia.

A parte estaban las profesoras particulares de mis niñas: la de violín y piano, y dos tutoras diferentes: una que venia entre semana y otra los fines de semana. Y Avery, la niña de los vecinos, que casi vivía con nosotros y las amigas de mis niñas que eran invitadas a playdates en casa.

Seguro que me dejo gente.

Nunca te sentías sola allí.

Ahora, en Manhattan, las cosas no son muy diferentes, la puerta de servicio esta casi siempre abierta durante el dia y por aquí se pasean:

-el hombre de mantenimiento del edificio, que por cierto, ayer me preguntó “tu nombre era Sophie ¿no?” y dale con Sophie!

-los arquitectos que van a reformar la casa

- la decoradora

- los señores que están arreglando las goteras del despacho (mi HF hizo toda una inversión con esta casa, ya veis jaja)

Y bueno, el otro dia vino una del seguro y se paseo por todas las habitaciones,  poco después me encontré a un hombre con cara de confusión dando vueltas por la cocina porque no encontraba la salida de la casa y hoy han venido dos señores que  ni se a que.

Aquí entran y salen como si nada, y bueno, ya estoy acostumbrada a ello y no me sorprende tanto, pero sigo pensando que cualquier dia vienen a robar y yo no solo les permito entrar, sino que encima, les saludo, les

sonrío y les indico la salida mas cercana. Que a amable y educada no me gana nadie.