THE ROOM IS ROLLING!

¿Habéis visto la película “El Diablo viste de Prada?”, pues ilustra bastante bien mi vida aquí.

LA SEÑORA es casi como Miranda y yo soy como Andrea. Un poco exagerado, pero no demasiado. Con la diferencia de que Miranda es consciente de como es  con los demás y mi HM no. Cierto es que muchas veces parezco mas una asistente personal que una Au Pair. Y siempre voy corriendo a todas partes!

Si, me voy a quejar un poquito de ella, que ya toca, prometo una entrada positiva la próxima vez ;)

Ahí voy:

Nuestra relación consiste en que ella me relata un listado de todas las cosas que tengo que hacer, siempre en el ultimo momento, todo junto y casi sin respirar entre una y otra, controla constantemente que absolutamente todo lo que hago este perfecto y en muchas ocasiones me ignora. Ah bueno, y muy de vez en cuando tiene alguna conversación amable conmigo.

Tuvimos una de estas conversaciones hace unos días. La conté que mi amiga Mari iba a extender con la misma familia y me dijo que ella pensaba que en realidad eso era un error: por muy buena relación que haya, las Au pair acaban cansadas de estar tanto tiempo en el mismo sitio. 

Me hace gracia, ellos han tenido muchísimas Au pairs y mas de la mitad hicieron rematch porque no aguantaban, una de ellas a los dos días de llegar, y solo hubo una que extendió con ellos. Por lo que parece no debio ir muy bien la cosa. Mis niñas dicen que  la intentaron llamar muchas veces por Skype y que nunca esta o no las responde e imagino que su opinión sobre la extensión de Mari está basada en su experiencia personal.

Por supuesto no la dije lo que yo pensaba, es demasiado feo y tengo que convivir con ella 3 meses mas, pero la HF de Mari no tiene absolutamente nada que ver con ellos y estoy completamente segura de que a ella la va a ir genial, porque tiene una familia que da envidia. De hecho me tiene prometida una entrada en mi blog escrita por ella, hablando de su experiencia, para que las chicas que estén pensando en ser Au Pairs no se queden con la sensación de que las familias aquí son como al mia. Hay también buenas familias, que te acogen como un miembro mas, se preocupan por ti y te hacen sentir integrada.

En cambio, aquí estamos con sus maravillosos detalles, que evidentemente, aunque aprendes a ignorar, van cansando y quemándote poco a poco. Esta semana, por ejemplo, nos íbamos a ir juntas a las 2.15 pm  a recoger a las niñas al colegio. Me puse el abrigo y cogi mi bolso y la fui a preguntar si nos íbamos a ir, me dijo que en cinco minutos y me quede esperando en la cocina (esta al lado de la puerta para salir) hablando con la housekeeper, cuando la ví pasar con el abrigo y el bolso por el pasillo, sin decirme nada y oí que  se cerraba la puerta de casa. La housekeeper y yo nos miramos, la pregunté “¿se ha ido?” ella se encogió de hombros flipándolo tanto como yo. Corrí hacia la puerta, la abrí y allí estaba ella, esperando al ascensor sin mi. Vamos que si no oigo la puerta nose…

Asi es ella. Va en sus cosas y lo demás carece de valor.

Y es que la nueva vida en Manhattan no ha relajado a mi HM, todo lo contrario, está aun mas estresada con esto de que ahora hay que coger autobuses y que aquí te cobran hasta por respirar.

A mi me gusta. Me gusta más. Supongo que soy chica de ciudad, como dicen por aquí y me siento un poco más como en Madrid y me manejo mejor en todo. A parte de lo emocionante que es de por si vivir en esta ciudad.

 Ella vivió en Nueva York cuando era joven y no rica, pero luego probablemente se acostumbró a las comodidades del “todo hecho” y ahora alucina con el tiempo  que se necesita para ir a los sitios en autobús. Creo que en su cabeza, la vida en Nueva York era fácil y feliz, con autobuses que volaban de una parada a otra y supermercados que te traían la compra a casa. Y luego llegamos aquí, a una casa que se cae a cachos, a pagar un dineral solo por tener el coche parado en un parking, a cruzarnos todos los supermercados de la zona este y oeste buscando cosas de calidad que en donde vivíamos antes hubieran costado la mitad y luego traerlas a casa, a gastar mas de cuarenta minutos en ir a recoger a las niñas al colegio…

  Está desbordada.

Tan desbordada, que hace un par de noches, mi HD y yo estábamos en la cocina y mi HM durmiendo a las niñas (ya sabéis, hay que cantarlas) cuando aparecieron las dos diciendo:

-Dad! The room is rolling!

(what!?)

Mi HD las dijo “la habitación no puede girar” y entonces la pequeña dijo “Mamá dice que si”

Ok.  Mi HD y yo comprendimos que a mi HM la pasaba algo, y efectivamente, la había dado un mareo, probablemente de la cantidad de presión que se mete a si misma. Mi HD fue a la habitación y se hizo cargo de las niñas y ella se comio algo con azúcar y se fue a la cama, con la cara amarilla.

 Esa noche, yo, además, comprendí algo fundamental:

 para mis niñas, si mi HM dice que la habitación está dándo vueltas, no se cuestiona.

 Igual da que ellas estén en la misma habitación quieta.

Si su madre dice que da vueltas es que da vueltas.

 Y punto.